In memoriam Enrique Gómez Hurtado
En Cartagena de Indias ha fallecido Enrique Gómez Hurtado, miembro de número del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II. El diario madrileño ABC publica hoy un obituario firmado por el presidente del Consejo, Miguel Ayuso. Por razones de espacio ha aparecido ligeramente recortado; a continuación lo reproducimos completo. Téngase en cuenta que, históricamente, el término «conservador» tiene en Colombia un sentido algo distinto al del resto del mundo hispánico.
Un conservador de los de toda la vida: Enrique Gómez Hurtado
Hubiera podido pensarse que la larga y fecunda vida de Enrique Gómez Hurtado transcurriera opacada entre las rutilantes luces de los planetas mayores familiares. En efecto, su padre, Laureano Gómez, fue presidente de Colombia entre 1950 y 1951, coronando una larga trayectoria política —con exilio en España incluido— en la que fue diputado y senador, amén de presidente del Partido Conservador. Y su hermano Álvaro, candidato presidencial en tres ocasiones (1974, 1986 y 1990), sufrió un secuestro por el grupo terrorista M-19 (1988) y finalmente fue asesinado (1995) sin que se haya esclarecido el crimen.
La extrema síntesis de las caracterizaciones que acabo de ofrecer no oculta la relevancia de las respectivas carreras. A las que la de Enrique, en verdad, no quedó a la zaga. Pues, entre otras cosas, fue embajador en Francia, concejal de Bogotá, senador, presidente del Partido Conservador, director del diario fundado por su padre (El Siglo) y catedrático en distintas universidades del país, singularmente la Sergio Arboleda, donde ocupó la cátedra de Historia Política de Colombia, que sólo dejó hace pocos años, por razones de salud, al abandonar Bogotá y su querida casa de Villa de Leyva para instalarse en Cartagena de Indias. Fue precisamente en el Club Cartagena, no hace tres años, cuando tuve con él una conversación que no he olvidado. Estaban también presentes Alejandro Ordóñez, a la sazón Procurador General, quien acabaría abruptamente poco después su mandato, merced a una decisión singular del Consejo de Estado, lanzándose con gran dignidad a una carrera imposible para ser presidente de Colombia, y el estrecho colaborador de éste Juan Carlos Novoa. Allí nos desveló Enrique algunas claves de su entendimiento de la política. Nos aclaró por ejemplo que una elección presidencial es tiempo perdido si uno se presenta para ganar y no lo consigue, pero que siempre es interesante si lo que se desea es servir al país en la política. Puso el ejemplo de su padre, que durante cincuenta años contó en la política colombiana y sólo fue presidente un año, en el que le dieron además un golpe de Estado. Hubiera en rigor podido poner también el suyo. Siempre aprecié, por encima incluso de los textos de su hermano Álvaro, de quien leí —entre otros— el libro de 1958 La Revolución en América, la cultura amplísima y el juicio agudísimo de Enrique.
Yo lo había conocido por medio del príncipe Sixto Enrique de Borbón, con quien había hecho amistad en sus tiempos de embajador en París, pues Enrique era un original conservador cercano al tradicionalismo. Y durante los últimos veinte años he tenido con él estrecho trato, prolongado en sus hijos, de los cuales Miguel también ha sido embajador y diputado. Nos veíamos en la Gran Peña de Madrid, pues —gran hispanista y casado con la española María Ángela Martínez— pasaba temporadas entre nosotros. También en el Jockey o el Gun Club de Bogotá, donde tengo muchos amigos, entre los que Enrique era uno de los más queridos. Guardo otros muchos recuerdos, como el almuerzo en una hacienda de la Sabana, de mi amigo Francisco Flórez, colaborador de Enrique, al que asistió también Alfonso López Caballero, hijo y nieto de presidentes liberales de Colombia, Alfonso López Pumarejo y Alfonso López Michelsen, contendiente el último con Álvaro Gómez, y donde el duelo refinado de la conversación brilló a gran altura. Era un gran señor. De los que ya no van quedando.
MIGUEL AYUSO
Enrique Gómez Hurtado nació en Bogotá el 10 de abril de 1927 y ha muerto en Cartagena de Indias el 13 de julio de 2019.
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